Hace varios dÃas que es noticia de actualidad la situación de la perrera municipal en Oviedo. Ha habido reportajes en la prensa, hay un vÃdeo colgado en un popular sitio de internet con numerosas visitas, los ciudadanos se quejan públicamente, nos llaman a Los Verdes y a otros partidos para que intervengamos…
Y no se trata de una situación nueva. Hace ya años que desde otras sociedades protectoras de animales y numerosos particulares venÃan quejándose de la situación de la perrera y sus numerosas carencias e incumplimientos de la Ley, atribuibles a la forma de gestión arcaica de su titular. No puede admitirse que en estos tiempos la perrera no disponga de equipo informático con el que identificar los microchips y otras funciones, como el fomento de las adopciones por internet -más bien al contrario, no sólo no hay polÃtica de adopciones sino que se solicita una “fianza†para llevarse a los perros cuando algún amante de los animales quiere adoptar alguno-; no se siguen las vacunaciones preceptivas, no se desparasita, la higiene es lamentable; la alimentación inadecuada, propia de ideas de otros tiempos, a base de arroz y pollo, que dan lugar a la proliferación de plagas, en lugar de alimentar con piensos especÃficamente diseñados para las necesidades de los perros; incluso parece que se ha rehusado la colaboración ofrecida por el Colegio de veterinarios; últimamente se ha rechazado la colaboración de voluntarios, que podrÃan colaborar para socializar los perros -son independientes y, por tanto, opinan- para tener sólo empleados a los que no se da formación, pero que no opinan.
La Ley asturiana de tenencia, protección y derechos de los animales obliga a los Ayuntamientos a tener un servicio de recogida de animales abandonados y tenerlos hasta que se compruebe su situación, momento en que podrá cederlos a otras asociaciones o personas, o incluso sacrificarlos cuando sea necesario por motivos veterinarios. Y establece una serie de pautas para la debida identificación y cuidado de los animales: microchips, desparasitación, vacunación, cuidados veterinarios, etc. El Ayuntamiento de Oviedo tiene concedido ese servicio a los titulares de la perrera de Bolgachina, con una dotación generosa, en lo que es ejemplar y de lo que deberÃan tomar nota otros muchos ayuntamientos. Pero lo que no es ejemplar es que consienta que esa financiación pública no se emplee adecuadamente y el concesionario no cumpla con la ley ni con unas mÃnimas pautas de cuidado y socialización de los animales. La perrera de Oviedo es un centro masificado porque no recoge animales sólo de Oviedo sino también de municipios vecinos -falta de esos ayuntamientos, que no disponen de su servicio de perrera, cuando deberÃan tenerlo- y no tiene polÃtica de adopciones para que los perros encuentren un hogar; ni unos cuidados para socializarlos: los perros están permanentemente furiosos, como locos, ante la falta de voluntarios que los puedan pasear y proporcionar unos cuidados individualizados.
A pesar de todo, ni el alcalde ni el resto del equipo de gobierno municipal han dicho nada. Y algo tendrán que decir, porque, como queda dicho, la perrera goza de una subvención municipal muy generosa, que ya quisieran las protectoras de animales de otros concejos. Y es competencia municipal, por Ley, la recogida de animales abandonados y su cuidado, por lo que el incumplimiento de las condiciones del servicio por el concesionario es, en definitiva, un incumplimiento municipal El Ayuntamiento debe intervenir para revisar en qué se emplean las subvenciones que abona, tiene la obligación de supervisar cuentas y comprobar que los fondos que proporciona se utilicen correctamente y que en todo momento se cumplen todas las obligaciones legales. La perrera está prestando un servicio por cuenta del Ayuntamiento, y éste debe garantizar su calidad.
Señor alcalde, demuestre que los animales son para Vd. algo más que materia prima para sus negocios; que es Vd. un verdadero amante de los animales. Los ovetenses sà lo somos, y estamos escandalizados de la situación de la perrera municipal y de su pasividad. Hay malas lenguas que ya dicen que si quien recibe la subvención es amigo suyo… Desmienta esos bulos y defienda los perros, unos animales que los ovetenses aman.
En Oviedo, a 15 de febrero de 2007.
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